“Y luego los hombres de Estado inventarán mentiras baratas, haciendo recaer la culpa en la nación atacada, y cada hombre se quedará contento con esas mentiras tranquilizadoras de conciencia y las estudiará concienzudamente, y se negará a examinar las posibles refutaciones, y terminará por convencerse de que la guerra es justa, y dará gracias a Dios por el placentero sueño que ese grotesco proceso de autoengaño le proporcione”.
Mark Twain - USA / 1835 -1910