miércoles, 21 de septiembre de 2005

j. b. pontalis

La tristeza mata a la imaginación. Debo confundir la tristeza y el aburrimiento, esas dos formas del rechazo.
Cuando estoy triste, es porque algo me es rehusado. Cuando caigo en el aburrimiento (prefiero pensar que se abate sobre mí) soy yo quien rechaza todo lo que podría ser un don.